Programa de Micros de Reflexiòn y Auto aprendizaje

Programa de capacitación realizado durante este año académico y presentado en el XX Congreso Nacional de Capacitación – Analía E. Pérez de Gutiérrez-.

Decía Peter Drucker que lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice...
Más adelante veremos por qué marcamos esta frase, pero, empecemos por el principio y preguntémonos ¿Qué es la cultura organizacional?
La cultura organizacional es el conjunto de supuestos, convicciones, valores y normas que comparten los miembros de una organización. Es importante porque refleja cómo son y cómo se sienten las personas que la integran.
Todos quienes trabajamos en capacitación judicial sabemos que la formación es el camino para el cambio cultural. Pero entonces, cómo sabremos si es necesario y en su caso, cómo generarlo o acompañarlo?
Lógicamente, podemos medir la cultura organizacional mediante una de las herramientas más utilizadas: la encuesta de clima o satisfacción laboral.
Ahora bien, ¿Es necesario medirla? O se puede, desde la alta dirección (o desde nuestras escuelas judiciales), observar en forma directa algunos comportamientos o ciertos emergentes culturales?
Porque nosotros, en el anhelo de cumplir con los objetivos institucionales, capacitamos en conocimientos, competencias y valores: como la ética, el compromiso, la responsabilidad.
Pero… existen otros puntos de formación, que si bien no son jurídicos o atinentes al trabajo judicial, sí son necesarios si queremos generar o consolidar equipos de trabajo.
Porque en nuestra planificación académica, no sólo lo jurídico debiera ser materia de capacitación, no solo la tecnología: debiéramos también ocuparnos de un aspecto de contención y crecimiento personal de quienes se ocupan de hacer justicia.
Comenzamos a trabajar en este proyecto porque, como todos, nos dimos cuenta del desgate diario que produce el trabajo. Nos dimos cuenta, con solo conversar con la gente, que muchos mecanismos del trabajo en equipo se rompían en la cotidianeidad. Que muchos organismos judiciales tienen líderes que promueven y acompañan el trabajo grupal, pero que muchos otros estaban carentes de ese sentido de participación, cuanto más de pertenencia.
Rápidamente entendimos que debíamos ser los naturales proveedores de esa formación.
Pero, y desde la realidad puertas adentro de las escuelas, no podíamos desconocer que nuestro trabajo, al desarrollar actividades de capacitación y perfeccionamiento, se subsume en temas jurídicos y de gestión. Que del otro lado tenemos a personas adultas que dedican su tiempo personal a esto, y que no podíamos recargarlas más: debíamos generar un modo de comunicación amigable y liviano, pero eficiente.
Empezamos entonces a trabajar en estos micros, sobre temas como el trabajo en equipo, la empatía, la sinergia, la inteligencia emocional, la resiliencia… sin pretender que fueran clases magistrales o modos de práctica profunda. Intentando que fueran un recordatorio de lo que no debemos olvidar de hacer si lo que queremos es trabajar menos y mejor.
Porque si lo que pretendemos es mejorar la atención en una mesa de entradas, quizás el problema no sea la atención en sí: quizás ya impartimos los cursos de atención al público y quizás la persona que la atiende sabe perfectamente qué es lo que debe hacer. Quizás el punto es que el equipo del juzgado tiene problemas de colaboración y esto, indefectiblemente, repercute en la atención en la mesa, y lógica y finalmente en el justiciable, echando por tierra nuestro anhelado fin de propender a la mejora del servicio de justicia.
Hicimos las primeras experiencias en San Juan.
El primer tema fue trabajo en equipo: consistía en un simple power point con algunos tips referidos al tema: Lo enviamos en archivo adjunto a un correo en el que explicábamos cual era nuestra intención al ofrecerles esta formación.
Y ciertamente la sorpresa fue mayúscula: primero porque lo cierto es que cuando disparamos un mail con una invitación a determinado curso, jornada o encuentro, la realidad nos dice que, salvo que la modalidad de inscripción sea a vuelta de correo, nadie contesta para decir, por ejemplo, que bueno… tratar este tema es importante ¡!. Pero el nivel de aceptación de nuestro primer envío nos sorprendió cuando comenzaron a llegar respuestas agradeciendo la iniciativa, diciéndonos que el tratamiento del tema era oportuno porque en X oficina hacía falta, alguien dijo también que lo habían leído en grupo y habían impreso y pegado alguna hoja en la oficina. Sinceramente fue muy reconfortante, por lo que seguimos avanzando y enviamos algunos más en el mismo formato.
Lanzamos el proyecto a comienzos del año, y observamos la aceptación después de la feria judicial: al llegar a algunas oficinas, y especialmente en algunos Juzgados más alejados, me sorprendió ver que los seguían colgando y en alguno los cambiaban cada tanto.
Decidimos entonces pasar a un segundo nivel y ya en Misiones comenzamos a grabar nuevos micros con otro formato: ya en video compartibles en el canal on line, y a través de las redes sociales.
Inmediatamente empezamos a obtener interacciones positivas, con los clásicos me gusta, a la vez que aumentaron las visitas a nuestras ofertas educativas, e incluso se generaron debates en torno a lo importante de estas buenas prácticas en cualquier entorno de trabajo y relaciones interpersonales.
Recibimos correos alentando la iniciativa, proponiendo nuevos temas a modo de retroalimentación, y también felicitando por las producciones audiovisuales propias que fuimos capaces de generar.
No hicimos envíos masivos por correos electrónicos, más bien nos manejamos con el público que accedía a nuestra página web y al canal, a nuestros amigos y seguidores de las redes sociales.
También los pusimos al comienzo o al final de las capacitaciones, en especial de los talleres, y sirvió como otro elemento más para alentar los corazones, generando rápidamente empatía y sentido de pertenencia.
Por lo que hoy queríamos compartir con ustedes esta experiencia, comentarles que subiremos los micros a la Plataforma Académica para que estén disponibles para todos, invitarlos a que participen en esta iniciativa y generemos juntos más material. Y dejamos como propuesta generar un trabajo conjunto, de Reflejar y Ju.Fe.Jus., con los Foros de Recursos Humanos.
Breve descripción
El presente proyecto propone el despliegue de una actividad de formación bajo una modalidad distinta a la tradicional, tendiente a complementar las actividades de formación, capacitación y actualización en materia jurídica, judicial y de gestión en la oficina judicial, tendiente a desarrollar hábitos positivos en el ámbito laboral mediante la reflexión y el auto aprendizaje
Alcance
En una primera etapa los micros tendrán difusión en los Poderes Judiciales de San Juan y Misiones. Consolidados, los mismos serán compartidos en la Plataforma Académica de REFLEJAR, y puestos a disposición de los centros y escuelas judiciales de Argentina.
En una segunda etapa, el proyecto tiende a generar un banco de micros que sean el resultado del trabajo colaborativo en el seno del Instituto.
En una etapa ulterior, podrían ser el resultado del trabajo coordinado de REFLEJAR y Ju.Fe.Jus., por medio de su Foro de Recursos Humanos.
Recursos
Programa para el diseño de power point.
Programa para el armado de videos.
Canales web de difusión: correo electrónico, blogs, páginas web, canales on line.
Contribución esperada
   El proyecto de Micros de Reflexión y Auto-aprendizaje se propone mejorar los modos de relaciones personales y grupales de los operadores judiciales, para generar lazos laborales saludables, y consolidarlos en el largo plazo.
Objetivos generales
Que los operadores judiciales adquieran competencias técnicas personales y grupales que les permitan generar o consolidar equipos de trabajo eficientes, además de las competencias técnicas personales que les permitan fortalecerse en su lugar de trabajo.

Micros
Trabajo en equipo
Empatía
Inteligencia Emocional
Sinergia
Comunicación efectiva
Proactividad
Mejora Continua
Liderazgo personal

Resiliencia